Nuestra salud digestiva depende de la dieta que seguimos, de lo equilibrada y sana que esté nuestra comunidad bacteriana y de nuestras emociones – hablaremos de ello en próximos artículos – Nos habitan más de 100 billones de microorganismos, unos 2 Kg en peso aproximadamente. Se ubican básicamente en el colon, donde se alimentan de los restos de los productos que ingerimos.
Una alimentación equilibrada fomenta la formación y la conservación de una microbiota adecuada. Los prebióticos y probióticos pueden ayudar a promover y mantener la salud de la flora intestinal.
Son aconsejables los alimentos que contienen probióticos – organismos vivos no patógenos principalmente de las especies Lactobacillus y Bifidobacterium – puesto que mejoran las funciones digestivas y el tránsito intestinal. La mayoría de estos alimentos son fermentados, los cuales poseen unas cualidades excepcionales más allá de las virtudes digestivas:
· Contienen bacterias amigas
· Incrementan el contenido enzimático del alimento
· Se produce una pre digestión de los macronutrientes ( proteínas, hidratos y grasas)
· Previenen putrefacción intestinal
· Previenen estreñimiento
· Previenen la cándida albicans
· Poseen ácido colina – concretamente el Chucrut – interviene en funciones del sistema nervioso, facilita el descenso de la tensión arterial, favorece el incremento del grupo de vit .B y C, calma la ansiedad por la comida.
· Mejoran y refuerzan el sistema inmunitario
Alimentos beneficiosos para nuestra microbiota intestinal:
· Chucrut : fermentado de la familia de las coles con sal y hierbas (opcional)
Kimchi : col fermentada en vinagre, típica en la gastronomía coreana, rica en calcio, hierro, betacarotenos y vitaminas B1 y B2.
· Miso : condimento aromático de gusto salado hecho con semillas de soja y/o cereales, sal marina y el fermento hongo koji.
· Rejuvelac : bebida probiótica de germinados de trigo o quinoa.
· Agua fermentada : bebida probiótica de germinados de semillas o cereales que no sean en trigo o quinoa.
· Kombucha : bebida fermentada obtenida de te endulzado y fermentado por una colonia de microorganismos de textura gelatinosa con nombre Medusomyces gisevi.
· Microalgas : Espirulina y Chlorella.
· Tempeh : Granos de soja fermentados por Rhizopus oligosporus, presenta una forma compacta de pastel, especialmente rico en proteína vegetal.
· Kéfir : Yogur de origen búlgaro fermentado con granos de hongos y leche de vaca, oveja o cabra, con alto contenido en Lactobacilus, bifidus y antioxidantes.
Es importante alimentarse de lo que la naturaleza nos proporciona, sin procesar, refinar o manipular industrialmente; e intentar gestionar el estrés y las emociones de forma constructiva y positiva.